Le contaba el farero a su hijo: En el Sur todo es al revés, el verano no se acaba y la gente anda con los brazos.
Un dÃa el niño alza el vuelo y emprende el viaje hacia el Sur. El trayecto es largo, pasa frÃo, el equipaje pesa, el niño se pierde, no sabe dónde está, hasta que un dÃa, por fin, llega a su destino, justo al lugar de donde habÃa partido, donde está su querido faro.