La narradora, la hija mayor de la familia, había pensado que todos eran seres superiores que brillaban con luz propia en medio del paisaje romántico de la península donde vivían, aislados y orgullosamente desdeñosos de la chata realidad de su época. Pero una serie de sucesos, y el desvelamiento de un secreto familiar que la afecta decisivamente, descubre a la narradora el verdadero rostro de los mitificados habitantes de aquel reducto.