A ningún dictador le bastan el miedo y la violencia para gobernar: son indispensables para alcanzar el poder e incluso para mantenerlo, pero no suelen ser efectivas a largo plazo. Este penetrante y oportuno ensayo analiza cómo se funda, afianza y perpetúa el culto a la personalidad, ayudándonos a identificarlo en algunos líderes mundiales de la actualidad y situándolo donde pertenece, en el corazón de la tiranía.